«EL BUEN TRATO SE MODELA»

«EL BUEN TRATO SE MODELA»

Hace algunos días entré a un supermercado, buscando algunos víveres que necesitaría para una comida familiar.  

Me dirigí al área de los refrigeradores…

Mientras me acercaba, vi como un niño de aproximadamente 10 años de edad,  insultaba con palabras horribles a su mamá, por algo que ella no quería comprarle…

Yo me detuve atónita y quise saber qué sucedía….

Pude ver como su mamá respondía a los insultos de su hijo, con palabras cada vez más fuertes, contestando a lo que el niño le decía.

Una señora de edad, pasó por el lado y dijo entre dientes: ¡definitivamente ya los hijos no respetan a sus padres!….

La Palabra de DIOS nos dice, en Efesios 4, 29 y 31 lo siguiente:

“No empleen un lenguaje grosero ni ofensivo. Que todo lo que digan sea bueno y útil, a fin de que sus palabras resulten de estímulo para quienes las oigan…. Líbrense de toda amargura, furia, enojo, palabras ásperas, calumnias y toda clase de mala conducta. Por el contrario, sean amables unos con otros, sean de buen corazón”.

Desde pequeño, el niño adquiere el conocimiento del mundo a través de lo que ve, lo que oye, lo que toca, de lo que siente y de la comunicación que él cree con sus padres.

Todos estos conocimientos son los que le van permitiendo el desarrollo de su inteligencia.

El niño aprende a hacer las cosas, viendo el entorno que le rodea.  

El trato que reciba de ti como papá o como mamá, será el modelaje para la forma como él o ella te hable a ti, se relacione contigo y con los demás.  

Establecer una comunicación amorosa, respetuosa y recíproca con tu hijo, facilitará el desarrollo de su comprensión, su lenguaje, su atención y concentración, sirviendo luego esto para sus futuros aprendizajes.           

¡Si le hablas a tu hijo con cariño, suavidad y ternura, eso aprenderá!

Además el buen hablar y las palabras de cariñoestimulan en el niño el aprendizaje, fomenta una buena relación con otros, le da seguridad y favoreces a que crea en sí mismo.   

¡Si le hablas a tu hijo de mala forma, con malas palabras y agresión, de esa forma aprenderá a tratarte!

Hay momentos de disciplina que él o ella necesita que le hables con autoridad y firmeza, marcándole linderos claros de comportamiento, pero que no sea con violencia ni malas palabras.

Sé que a todos nos pasa, que hay otros momentos en donde su comportamiento nos saca de casillas.  

Recuerdo mucho a una maestra que tuve, mientras estudiaba educación preescolar. Yo ya tenía mis hijos. Ella nos insistía mucho que los niños no debían notar nunca que hemos perdido el control.

¡Eso mismo te digo yo hoy a ti! ¡Que ellos no noten cuando pierdes el control!

Es fundamental entonces que en ese momento cierres tus ojos, te calmes, (cuentes del uno al diez) y luego marques los límites con firmeza.  

Para esto se necesita dominio propio; pídeselo al ESPÍRITU SANTO, que sin duda ÉL te lo regalará.

Esto te permitirá corregirlo con argumentos correctos y válidos, pero sin herirlo o decirle cosas de las cuales luego podrías arrepentirte.     

Enséñale también a utilizar las palabras mágicas que abre todas las puertas: ¡Buenos días!, ¡Gracias!, ¡Por favor!  

Enseñarle a tu hijo un trato amable y suave, haciéndolo primero tú hacia él o ella.  

Esto te dará la autoridad para exigir un trato similar de él o ella hacia ti.

Por: Lina María Ortega Ch.
Autora Guía de preparación para el parto Vientre Seguro Educadora
Prescolar, Educadora Perinatal y Doula certificada.
Conferencista internacional.