Tu bebé fue creado por Dios con un gran propósito ¡créelo!

Tu bebé fue creado por Dios con un gran propósito ¡créelo!

Entre los muchos cambios que tiene concebido el nuevo orden mundial actual, está el control de la natalidad. Quienes manejan hoy el orden mundial piensan que es demasiada la gente que está naciendo cada día y esto podría conllevar una escasez en los alimentos y el agua a muy corto tiempo para las próximas generaciones.

Es por eso que entre las muchas estrategias que han puesto en marcha, está el abocar a las madres por diferentes situaciones, a que interrumpan sus embarazos y aborten sus bebés.

Si ustedes entran al internet en cualquiera de los buscadores, e investigan qué ayuda hay para la mujer que acaba de saber que está embarazada y el bebé que lleva en su vientre es un bebé inesperado (o incluso no deseado), se darán cuenta de que un alto porcentaje de entre las primeras diez a quince búsquedas, está el ofrecimiento para practicarle un aborto y “salir del problema”.

Se aprovechan entonces del desespero y el temor de la mujer que recién ha concebido, y la llevan a tomar decisiones basadas en ese miedo y desubicación ante su nueva situación, aludiendo a la libertad que ella tiene para tomar la decisión de interrumpir ese embarazo, “pues ella es dueña de su cuerpo”, pero esos “consejos” no tienen en cuenta que están abocando a esa mujer a asesinar su propio hijo(a), ni tampoco consideran las grandes heridas y marcas que deja ese hecho en su vida.

Hablo de esto, porque he tenido la oportunidad de trabajar con varias madres que han sido víctimas de esta situación y he sido testigo de las inmensas secuelas emocionales y espirituales que esa decisión les ha dejado, secuelas que marcan sus vidas con huellas muy difíciles de sanar.

Cuando la embarazada cumple entre quince a veinte semanas de gestación (según el criterio del profesional de la salud que la esté atendiendo) es parte del protocolo que le ordenen algunas pruebas de laboratorio, para detectar si el bebé en su vientre viene con alguna malformación congénita.
Podría ser que estos exámenes preliminares salieran positivos, lo que llevaría al profesional de la salud a programarle pruebas más especializadas. Esto crea un gran estrés en los padres.

Llegamos entonces a otro de los momentos más vulnerables para los padres pues a las pruebas recetadas debemos agregar la posible ansiedad alrededor del embarazo. No ha transcurrido ni siquiera la mitad del tiempo de gestación, y ellos apenas están haciéndose a la idea de que ya no están solos porque hay una tercera “personita” parte de sus vidas para siempre (máxime si bebé ha llegado inesperadamente). Por esta vulnerabilidad y ante posibles resultados no deseados (que no son seguros), es que tiene cabida muchas veces la duda de continuar con el embarazo o interrumpirlo.

Antes de ir a esta prueba, es muy importante tener claras varias cosas:
Tu bebé no fue obra de ustedes, ni del destino, ni un ¡oopps! entre ustedes.

Sin importar las circunstancias que hayan rodeado la concepción de tu bebé, él o ella fue creado(a) por DIOS “a mano”. ÉL lo(a) amó, lo(a) pensó, lo(a) ideó y lo(a) creó con características únicas e irrepetibles. Nadie más ha sido como él o ella, ni habrá nadie más por el resto del tiempo que dure la creación igual a él o ella.

¡Tu bebé fue creado(a) por DIOS con un GRAN PROPÓSITO, sin importar “el empaque” que traiga!
Antes de ir a ese examen, decidan amar a bebé sin importar el resultado.
¡Vayan a ese examen conscientes que DIOS les envió un gran regalo desde el Cielo!

Es importante destacar que estos exámenes tienen un margen de error muy alto, o sea que -sea cual fuere el resultado- esa no es la última palabra…

 

Por: Lina María Ortega Ch.
Autora Guía de preparación para el parto Vientre Seguro.
Educadora Perinatal. Doula certificada. Conferencista internacional.