Proceso emocional de mamá en embarazo

Proceso emocional de mamá en embarazo

Cuando la madre queda en embarazo muchos procesos comienzan a suceder en su interior: en su cuerpo pudiéramos decir que se activa una especie de “carrusel de hormonas y emociones”. Esto sin contar con el entorno que rodea a la madre en ese momento.

El “carrusel de hormonas” no solo influirá en el proceso de los cambios físicos que comenzarán a llevarse a cabo en su organismo para hacer viable el embarazo, sino que también se verá reflejado en su humor o estado anímico (irritabilidad frecuente), sus sentimientos, apetencias y hasta sus fobias que estarán presentes durante todo el embarazo. Incluso es normal que la madre sienta efectos colaterales como excesivo cansancio, náuseas y somnolencia aún más fuertes en el primer trimestre.
Va a ser normal entonces verla riendo y alegre pero de momento verla que por algo insignificante, se irrita y pierde el control.
Son varias las hormonas responsables de todo esto pero las más importantes son: los estrógenos, la progesterona, la gonadotropina coriónica (HCG) que es la que nos avisa del embarazo (test de embarazo) y el lactógeno placentario.

La progesterona, por ejemplo, podría causarle estreñimiento, digestión pesada, acidez y retención de líquidos aunque también le produce facilidad para el sueño y una agradable sensación de bienestar.
El lactógeno placentario estimula la producción de melanina, lo que pudiera producirle la sombra que a veces rodea la boca y la nariz (cloasma) y los estrógenos que son los encargados de resaltar la pigmentación de algunas zonas como la aureola, los pezones y la línea que va por toda la mitad de la barriga en forma vertical, pasando por el ombligo.

Otro de los cambios que normalmente ocurren es el aumento extraordinario de la sensibilidad nasal que incluso percibe olores que se le vuelven insoportables.
Es muy importante que el padre haga consciencia de todos estos cambios que mamá está viviendo, puesto que muchas parejas ven afectadas seriamente su relación, sin tener en cuenta los cambios que la madre está experimentando.

¡Papá, llénate de paciencia! Evita lo más que puedas todas las circunstancias que pudieran enfadarla, por bebé, por ella y por ti. Trátala con mucho amor y no te enfrasques en discusiones que no valen la pena. Cuando la veas de mal humor, exprésale cariño, halágala, para que ella se calme y conservar la sintonía entre ustedes.

También puedes retirarte del lugar diciéndole que tú quieres que ella se calme y que por eso la vas a dejar solita.

Hay estudios que demuestran que si los estados emocionales que la embarazada vive llegan a ser extremos y sin control, afectan de diferentes formas al bebé en su vientre. Por ejemplo cuando la madre en gestación vive en un estrés constante, es más probable que bebé sea menos apacible y más irascible.

Esta influencia no solo ocurre durante el tiempo de gestación, sino que se extiende hasta alrededor de los tres años después del parto, puesto que mamá y bebé están fuertemente conectados emocionalmente durante este tiempo.
Es por esto que es muy importante proteger a bebé.
Las emociones de mamá se traducen en producción de algunas hormonas. Si las emociones negativas en la madre llegan a ser muy fuertes y continuas, a pesar de que la placenta funcione como una especie de envoltura protectora, las hormonas producidas atraviesan esta barrera, lo que dispara en bebé una respuesta de alerta ante un entorno peligroso.
Estos niños suelen ser más susceptibles a llorar, estresarse y sentir ansiedad. En casos extremos pudieran desarrollar déficit de atención, hiperactividad y hasta bajo coeficiente intelectual.

Mamá: es real que en tu cuerpo están sucediendo muchas cosas y todo eso crea en ti ese “desajuste emocional” que en muchos momentos sientes, pero es muy importante que hagas consciencia de lo que estás viviendo y busques controlarte.
Cuando lleguen esos momentos en que “no te aguantas ni a ti misma”, apártate a solas, sumérgete en tu interior, cierra tus ojos y comienza a respirar y a relajarte poco a poco. ¡Ora! y pídele a JESÚS que llene de Paz tu corazón. Comienza a cantar y a adorarle, Su Presencia llegará apaciblemente e inundará tu ser.
Cuando ya estés más calmada, dialoga con bebé, cuéntale cómo te estás sintiendo, acarícialo y dile que todo lo que estás sintiendo no tiene nada que ver con él(ella).
Otra herramienta muy valiosa que puedes utilizar en estos momentos es poner música clásica o de relajación, esto te calmará a ti y calmará a bebé.
¡Recuerda en todo momento que todo lo que tu sientas, bebé lo sentirá!

 

Por: Lina María Ortega Ch.
Autora Guía de preparación para el parto Vientre Seguro.
Educadora Perinatal. Doula certificada. Conferencista internacional.