20 Ago ¨DEFENDIENDO A LOS NINOS DEL MALTRATO INFANTIL¨
Muchas gracias por acompañarme nuevamente en este camino de gran aprendizaje,
en donde por medio de estas líneas, me permites entrar a lo más íntimo de tu
corazón, escudriñar tu interior y buscar la transformación personal que un hogar
fuerte, sano y estable necesita.
El domingo en la mañana desperté con una carga muy profunda en mi corazón.
Con el corazón muy apretado, pensaba en los niños del mundo y el ambiente que
los estaría rodeando durante este tiempo de cuarentena.
Le pregunté al SEÑOR:
SEÑOR, en este tiempo de encierro ¿cómo van a defenderse los niños del maltrato
infantil? ¿En qué condiciones irán a salir los niños de sus casas, alrededor de todo
el mundo, después de que termine esta cuarentena?
Me horroriza pensar en los moretones físicos y traumas psicológicos que
presentarán los niños, siendo víctimas de padres que, sin carácter, descargan sus
frustraciones, miedos, desasosiegos, incertidumbres, en los niños, seres indefensos,
que no tienen la culpa de las frustraciones de sus padres.
Me estremezco al pensar en el maltrato que muchos niños sufren en sus hogares…
Yo he sabido de niños que los únicos momentos en que se sienten seguros, es en
los momentos que viven en sus escuelas, porque su casa es literalmente un
infierno…
Le comenté está carga a mi esposo.
Mi esposo, fuera de todo lo bueno que es para mí, también es mi “noticiero diario”.
Yo sólo leo las noticias puntuales que me interesan. Él si lee diariamente las
noticias y está enterado de todo. Él me cuenta el titular de las noticias diariamente,
y cuando me interesa alguna, yo busco información sobre el tema.
¡Es más! Buscando noticias sobre esto, encontré que apresaron a una mamá que
sentó en una hornilla de gas encendida a su bebé de tres añitos, ¡para castigarla!
¡Imagínense! Ella alude que su bebé no controló sus esfínteres y se orinó encima.
¡DIOS mío! ¡Qué está pasando!
¡Es que no hay ninguna, ninguna razón para hacer esto!
¡Hasta donde hemos llegado!
¡A qué niveles de desenfreno y desubicación ha llegado la mente humana!
¡Esto me alarmó muchísimo más! Y fue entonces cuando tomé la decisión de hablar
de este tema seriamente con ustedes.
Con un grito desgarrador de lo profundo de mi ser, con mi corazón partido en
muchos pedazos, quiero llamar su atención con mucha seriedad.
Quiero hacer un llamando a tu consciencia. ¡Escúchame por favor!
Quiero preguntarte y quiero que te respondas a ti mismo y a DIOS, con toda
honestidad, las siguientes preguntas:
¿Eres violento o violenta en tus reacciones, en tu forma de hablar o de actuar?
¿Las circunstancias que hoy nos rodean, que sabemos están trayendo inseguridad,
desasosiego, inestabilidad, miedo muchas veces, están siendo detonantes para
reaccionar violentamente?
Aquí quiero resaltar algo muy importante: la violencia no necesariamente tiene que
ser física; el maltrato psicológico también es violencia.
Pregunto también: ¿La obligación de quedarse en casa, de compartir con tu familia
tanto tiempo, de tener los niños por tanto tiempo en un espacio pequeño, como son
muchos de las casas hoy día, está despertando en ti tanta impaciencia que se está
traduciendo en violencia hacia ellos o tu conyugue, u otra persona que viva
contigo?
Tal vez tu carácter es fuerte y quieres que todo en casa se haga a tu modo, sin
tener en cuenta la necesidad de los demás miembros de la familia…
¿Estás siendo impositivo o impositiva, testarudo o testaruda, intransigente y/o
llevado de tu parecer en el desarrollo diario del compartir y la dinámica familiar?
¿Los miembros de tu familia te tienen miedo?
¿Tratas a los miembros de tu familia con dureza, con malas palabras? ¿Eres
déspota con ellos?
¿Los hieres con tus palabras o actitudes, los desvalorizas, los humillas?
¿Laceras su autoestima con tus palabras o actos hacia ellos?
¿Castigas a tus hijos violentamente?
Otra de la forma de violencia que se manifiesta en los hogares hoy día, es la falta
de atención y preocupación por los nuestros.
Es la despreocupación, la apatía, el desinterés por la vida de los de casa,
sumiéndote en tu agenda diaria personal. Es no abrirte a sumergirse en la vida
diaria del hogar, es no escuchar a quienes te rodean, poder tener un dialogo de
sentimientos con ellos, a compartir la vida con ellos, conocer sus preocupaciones,
pensamientos, intereses, estar presente y suplir no solo sus necesidades físicas,
sino también sus necesidades interiores, las necesidades de sus corazones.
¡Esto también es violencia intrafamiliar!
Te pido que medites sobre esto y respondas a estas preguntas. ¡Te pido de verdad
que seas muy sincero, muy sincera!
Te invito a terminar esta reflexión y escucharla completa, en el podcast que ya se
encuentra disponible en las plataformas digitales. Encuéntrala en Vientre Seguro,
con en el episodio “Defendiendo a los niños del maltrato infantil”.
Lina María Ortega Ch.
Autora de la Guía de preparación para el parto: “Vientre Seguro”, Nacimientos que
transforman
Educadora Preescolar, Educadora Perinatal y Doula de Parto y Posparto
Instagram: linaortegaonline Facebook: Lina Ortega Familia
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