¡Damos de lo que tenemos por dentro!

¡Damos de lo que tenemos por dentro!

¿Qué tienes por dentro?
¿Beberías del “agua” que tienes por dentro?

Uno de los aportes de la terapia familiar a la psicología, es haber encontrado que el trauma que carga una persona obedece muchas veces al seno de una familia disfuncional. (Aunque hay traumas recibidos fuera del núcleo familiar, tales como un defecto físico, un accidente, un secuestro, una violación, entre otros).
¡Tú pudieras no ser responsable por las circunstancias y experiencias que marcaron tu vida, pero eres responsable si ensucias el agua de tu herencia y de tu generación!

¡Busca sanar lo que tienes por dentro!

Tu cuerpo posee órganos tales como los riñones y el intestino grueso, encargados de eliminar los desechos generados internamente. Los riñones lo hacen a través de la orina, son desechos provenientes de la descomposición de los tejidos y de los alimentos ingeridos. Este proceso permite mantener la sangre limpia. El intestino grueso lo hace a través de las heces, son desechos residuales de la asimilación de los alimentos.
Es así como el cuerpo funciona de forma óptima.

De esta misma manera tiene que funcionar tu alma: necesitas limpiar, sanar y descartar todo lo que te sobra, lo que no sirve, debes tener la capacidad de recibir, evaluar y quedarte con lo bueno desechando lo que te hace daño. Es lo único que garantizará el buen funcionamiento de tu “ser completo”.

Solo DIOS puede enseñarte a hacer eso, solo ÉL puede purificar el agua de tu corazón sanando cada una de esas heridas y carencias muy dentro de ti. Ningún profesional por excelente que sea puede entrar en lo profundo de tu ser y lograrlo. ¡Ninguno! Solo DIOS conoce lo que llevas por dentro y aun lo que tú ni siquiera conoces.

Es por eso que el Salmista le dice a DIOS en el Salmo 139, 23-24 (NTV):

“Examíname, Oh DIOS, y conoce mi corazón;
pruébame y conoce los pensamientos que me inquietan.
Señálame cualquier cosa en mí que te ofenda
y guíame por el camino de la vida eterna”

Tal vez los viviste y pienses que ya no los tienes, que ya salieron de ti porque estos fueron eventos que ocurrieron hace mucho tiempo. Te aseguro que si no has trabajado con ellos, los tienes guardadas muy profundo.

Nuestro cerebro es poderoso. Cuando recibe experiencias dolorosas y no son trabajadas, las guarda en lo más profundo, como quien cierra un
cofre con muchos cerrojos para que nadie pueda abrirlo. De esta manera logra seguir “viviendo”, como un ser “funcional”.

Pero esto no significa que estás sano(a). Te aseguro que esas experiencias siguen ahí, con el agravante de que esas huellas se van “pudriendo y van hediendo” aunque estén profundas, y ese olor va inundando y “perfumando” tus acciones en el diario vivir. Eso es lo que va definiendo tu carácter.

¡Decídete a sanar por dentro! ¡Decídete a trabajar en ti! ¡Debes comenzar a tener momentos de sanación interior! Decide abrir tu corazón y como quien decide emprender un largo y difícil viaje, métete en tu interior para mirarte rebuscando hasta lo más profundo, para hacer una limpieza y sacar todo eso que un día guardaste.
Hablo de viaje porque esto será un proceso que tomará tiempo y dedicación.
Muy probablemente será un viaje que implicará mucho dolor, habrá necesidad de perdonar, de enfrentar, de aceptar, de dejar ir, de renunciar, de hacer duelo, de decidir cambiar, de revaluar. Serán cosas que exigirán mucho de ti.

¡De la mano de DIOS te garantizo que este viaje será de gran crecimiento, conquista, transformación y victoria! Y esto te dará la capacidad de poder desempeñarte como un padre o una madre sana y lo que darás a tus hijos será “agua limpia”.

 

Por: Lina María Ortega Ch.
Autora Guía de preparación para el parto Vientre Seguro.
Educadora Perinatal. Doula certificada. Conferencista internacional.