» RE-EDÚCATE «

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Uno de mis continuos llamados que hago a los padres en mis capacitaciones, cursos y charlas, es a que cada uno de ellos se re-edúque, se reforme; los invito siempre a que permitan que DIOS los transforme. Este llamado les impacta a muchos, puesto que a quienes se los hago, siempre son personas adultas, que supuestamente ya están formados.

Sé que se están preguntando: Lina ¿Y qué significa reformarnos? ¿Qué significa re-educarnos?

En nuestra niñez todos recibimos una formación, una educación. Sin embargo, no necesariamente la educación y la formación que recibimos en nuestra crianza con nuestros padres, formó en nosotros las bases, la estructura del ser humano que DIOS pensó al crearnos.

Es que esa formación que ustedes y yo recibimos de cada uno de nuestros padres, no necesariamente fue dada a partir de un formato estructurado, en amor, y de acuerdo a la Palabra de DIOS, como debió haber sido.

Con un agravante, que esa formación, sin duda alguna, estuvo “contaminada”, si pudiéramos llamarla así, con los sentimientos, emociones y pensamientos que vivieron nuestros padres, surgidas a partir de todas las circunstancias que cada uno de ellos vivió, durante el tiempo de nuestra crianza.

¡Permítanme explicarles con un ejemplo!

Supongamos que tus padres pasaron por una quiebra económica, o por la infidelidad de uno de los dos conyugues, en el tiempo que te estaban criando a ti. Ponte en su lugar, siendo ya tú un adulto. ¿Puedes imaginarte la cantidad de emociones, sentimientos y pensamientos, que pudieron haber pasado por su mente, en todos esos días que enfrentaron esa situación? Y mientras eso estaba sucediendo en sus vidas, ellos estaban educándote, formándote a ti. Tal vez en muchos momentos, sintieron rabia, mucha frustración, o tal vez miedo… Bueno, muchas cosas que se albergaron en sus corazones…

Tengo que decir, que son muy pocos los padres que tienen la consciencia y la capacidad de control, para dejar a un lado todas esas emociones que inundan sus corazones en momentos y circunstancias críticas de sus vidas, para criar, educar y formar a sus hijos, sin que sean los niños los que “paguen” de una u otra forma todos esos sentimientos y emociones negativos que se anidan en sus corazones con las circunstancias vividas…Y esta “paga” (si pudiéramos llamarlo así), aflora sobre todo, en momentos en que se deben corregir a los niños, cuando ellos no hacen bien las cosas…

¡Y les estoy hablando de una sola situación! Porque muy probablemente fueron sin número de situaciones que cada día, cada uno de ellos vivió…

¿Me hice entender? ¿Quedó claro con el ejemplo? Es por eso que cuando somos adultos, es necesario que nos reevaluemos, que hagamos consciencia de nuestra formación, de que quedó bien, que cosas quedaron plantadas en amor, qué parte de nuestra estructura quedó plantada de una forma sólida y alineada, conforme a la Palabra de DIOS, para entonces ratificarlo en nuestra vida..

Pero también es muy necesario identificar todo aquello que no quedó bien, que se plantó con dolor, que no quedó alineado a lo que DIOS quiere en nuestra formación personal, para arrancarlo, sanarlo y podernos reeducar; para plantar lo correcto en nuestro ser y de la forma correcta.

Les confieso que este proceso fue, el que el SEÑOR me llevó a vivir a mí, cuando yo le entregué mi vida a ÉL. Yo llamo a este proceso: “proceso de depuración de vida”. Esto lo que hace, es quitarme poco a poco todas las impurezas que se me pegaron en ese caminar desde niño, para lograr ser una criatura nueva, y poder andar por la vida en una búsqueda continua de ser el hombre o la mujer justa y limpia que DIOS quiere que seamos.

¡Miren! Nadie es perfecto, y estoy segura que la perfección no se logra aquí en esta vida. Pero aquí si podemos lograr caminar como personas justas, en búsqueda de agradarle continuamente a DIOS.

Reflexiona sobre esto…

Quiero entonces, que hablemos hoy sobre este tema; para hacerlo permítanme hablarles sobre una hermosa y majestuosa ave que DIOS creó y que su vida tiene mucho que enseñarnos. Quiero hablarles sobre el águila real americana.

Esta es el ave que posee más longevidad dentro de su especie; llega a vivir 70 años. Esta clase de águila, es un ave robusta y majestuosa. Posee patas muy fuertes y musculosas, las cuales tienen poderosas garras para poder capturar a sus víctimas y poderlas trasladar hasta donde podrá alimentarse con ella.

Además, este tipo de águila, tiene una gran visión; posee hasta 3.6 veces más agudeza en su visión, que la capacidad de ver que tiene el ser humano. Esto le permite detectar, descubrir y seguir sus presas a gran distancia. Es por eso también, que puede volar muy alto, mirando hacia el sol, sin que el viento y la luz del sol le entorpezcan y le hagan perder su visión.

Su pico es largo, grande, fuerte y ganchudo; esto le permite desgarrar la carne de sus presas y poderla comer con facilidad. Encima de su pico posee dos orificios que son como especie de sensores, el cual le permite discernir la dirección del viento, para poder aprovecharlo y desplazarse con él.

El águila tiene unas alas muy largas y aerodinámicas, las cuales le permiten tener un vuelo majestuoso.

¡Es hermoso ver volar un águila! ¿Verdad?

¿Pero saben qué?

Para que esta hermosa ave pueda llegar a los 70 años, a la mitad de su vida, tiene que tomar una difícil decisión: debe decidir por: enfrentar un doloroso proceso de renovación o debe echarse a morir.

Esto ocurre porque le suceden varios cambios en su cuerpo: sus uñas se vuelven frágiles y flexibles, lo que no le permiten agarrar sus presas; su pico alargado y puntiagudo se encorva, impidiéndole desgarrar, sus alas se envejecen y se vuelven pesadas, lo que le dificultan su vuelo.

Entonces, cuando esto le sucede, el águila se ve obligada a tomar esta decisión: o acepta morir, o acepta un doloroso proceso de renovación que durará 150 días.

Si elige hacer ese proceso de renovación, debe, entonces, con las fuerzas que le quedan, aislarse, alejarse de su ambiente y alzar vuelo para buscar la montaña más alta y refugiarse en un nido que esté cerca de una pared rocosa, donde no necesite volar.

Estando ya ahí, ella misma arranca su pico completamente, dándole golpes contra la roca. ¿Se imaginan ese dolor? Es que no solo su pico se ha encorvado, sino que se ha llenado de bacterias, lo que hace que se nublen los sensores que tiene en sus orificios y entonces que pierda la capacidad de detectar el viento, lo que afecta su vuelo.

Después de que el águila arranca su pico, debe esperar pacientemente los días necesarios, hasta que renazca y salga uno nuevo. Esto le implica no poder desgarrar por un tiempo, ningún animal que pudiera alimentarlo. Ya con el pico nuevo, el águila enfrenta otro doloroso proceso: debe de arrancar con su pico todas sus uñas, pues ellas se han vuelto apretadas, flexibles y llenas de calcificaciones, lo que no le permite poder agarrar y cazar a sus presas.

Entonces debe de esperar el tiempo necesario a que vuelvan y nazcan sus uñas. Luego de que le nacen sus uñas, el águila se enfrenta a otro nuevo proceso: debe quitarse una a una, todas sus viejas plumas, sin que le quede ninguna. Mientras salen sus plumas, se expone cada día a día al sol.

Después de cinco meses de mucho dolor, el águila puede comenzar un vuelo renovado.

Te invito a terminar este artículo, escuchando nuestro Podcast que ya se encuentra disponible en las plataformas digitales y en Youtube. Encuéntralo en Vientre Seguro, con el episodio: “RE-EDÚCATE”

¡No te lo pierdas!

Lina María Ortega Ch.
Autora de la Guía de preparación para el parto: “Vientre Seguro”, Nacimientos que transforman
Educadora Preescolar, Educadora Perinatal y Doula de Parto y Posparto
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